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28 dic, 2021
Bajo estado de ánimo y depresión son términos que suelen usarse indistintamente para referirse a diferentes situaciones que tienen que ver sobre todo con la tristeza, apatía, pereza… pero ¿Qué significa cada una en realidad? ¿Son lo mismo? Vamos a intentar comprender ambos conceptos. ¿Qué es el estado de ánimo? Diferencia entre emoción y Estado de ánimo: El estado de ánimo es una forma de estar, es decir, es un estado que se prolonga en el tiempo influye en nuestra forma de sentir o actuar. Normalmente no se identifica una causa inmediata a nuestro estado de ánimo, si no que son una serie de pensamientos, procesos, emociones, situación social…todo ello que influirá en cual será éste. Digamos también que es más prolongado en el tiempo pero con un toque más difuso. A veces puede confundirse con las emociones. En realidad, las emociones son mucho más puntuales, intensas y suelen tener una causa más o menos inmediata, al contrario que el estado de ánimo, como hemos descrito en el párrafo anterior. Pero en realidad ¿Cuáles son los estados de ánimo que podemos identificar en nosotros? Tipos de estado de ánimo. Para ver cuáles son los estados de ánimo, debemos indicar primero como se clasifican. Imaginemos que el estado de ánimo es una línea continua que va de menos a más. En un extremo encontraríamos el estado de ánimo triste o “deprimido” (Distimia) y en el otro el estado de ánimo eufórico (Hipertimia). En el centro de esta línea continua donde se reparten los estados de ánimo, encontraríamos el estado de ánimo “normal” (Eutimia), el cual sería un equilibrio entre los otros dos estados que hemos comentado.
06 nov, 2021
Es posible que todos nos hayamos parado a pensar alguna vez en la enorme influencia que la familia ha tenido en nuestra vida. Desde nuestro nacimiento, en el seno familiar hemos aprendido a relacionarnos, a comunicarnos, a expresar nuestras emociones… en definitiva, a querer y a ser queridos. Nuestros cuidadores nos han transmitido valores, creencias, normas, etc. y con ellos hemos adquirido herramientas que utilizaremos durante toda nuestra vida. El impacto que la familia tiene en nosotros abarca diversos ámbitos de nuestra vida, entre ellos, la forma en la que nos relacionamos con las drogas. Las drogas han estado siempre presentes en nuestra sociedad. Es por ello que la educación y la prevención se orientan a proporcionar herramientas para que podamos convivir con ellas sin que supongan un problema para nuestras vidas. Pero, ¿qué debemos hacer cuando existe un problema con las drogas en casa? Cuando un miembro de la familia abusa de las drogas, el consumo suele convertirse en el eje central alrededor del cual se organiza la vida de la familia. Además, es probable que uno de los familiares (madre, padre, hermano/a, pareja, hijo/a…) sea el que asuma la mayor parte de responsabilidad ante esta situación y experimente síntomas de malestar y agotamiento debido a la carga que supone (preocupación constante, angustia, irritabilidad, problemas de sueño, tensión muscular…). Es decir: La drogodependencia no es un problema que afecta únicamente a la persona consumidora, sino que implica y afecta a todo el sistema familiar. Además, durante muchos años se ha considerado la adicción como un vicio y al adicto como un vicioso, que sólo busca divertirse y eludir responsabilidades. Solía decirse que “si quisieran” o “si tuviesen fuerza de voluntad” podrían dejar de tomar drogas. La investigación sobre el proceso adictivo ha avanzado mucho, y hoy sabemos que: La drogodependencia es una enfermedad que afecta a diversas áreas cerebrales, y como tal, necesita tratamiento. Teniendo en cuenta todo esto, cuando nos encontramos ante un problema de drogas en casa, no sólo hemos de orientar a la persona que se encuentra consumiendo para que busque ayuda profesional, sino que como familiares, debemos implicarnos y apoyar a la persona en el tratamiento. Desde la salud mental, se entiende el contexto de un problema como parte del problema mismo. Es decir, si el contexto responde positivamente, se convierte en una fuente de apoyo y contribuye a la mejoría de la enfermedad; sin embargo, si la respuesta es negativa, constituye una importante fuente de estrés que puede empeorar la situación. La evidencia científica nos dice que la eficacia del tratamiento de la drogodependencia aumenta si la familia está implicada en él. Hablar sobre su problema con un familiar que realiza un consumo de drogas problemático no es tarea fácil. Va a depender enormemente de en qué momento del proceso se encuentre la persona, si niega el problema o si es consciente de él; y lo más importante, si está preparado para hacer algo al respecto. También debemos tener en cuenta otros factores, como la/s drogas consumidas, la gravedad de la adicción, etc. Por tanto, dada la situación problemática que se vive en la familia, es conveniente “poner las cartas sobre la mesa”, pero siguiendo algunas recomendaciones: Sé prudente y actúa en proporción a las dimensiones del problema (sin minimizar ni maximizar). Expresa tu punto de vista, respetando el de la otra persona. Busca una solución común que beneficie lo máximo posible a las personas implicadas. En el caso de que haya menores implicados, prioriza su bienestar. Gradúa los pasos a dar: si pensamos en escalar una montaña de golpe puede que nos asustemos, pero escalar un metro cada día parece una tarea más asequible. Establece normas básicas en cuanto al consumo, como el control del dinero, las horas de llegada, etc. Deja abierto un canal de comunicación y crea un clima de comprensión y apoyo. Orienta a la persona hacia el tratamiento. Independientemente de que la persona que está consumiendo decida acudir a tratamiento o no, es muy recomendable que la familia sí busque ayuda profesional. Si te encuentras en una situación similar, no dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.
10 sept, 2021
¿Influyen las emociones en nuestro comportamiento? Muchos de los síntomas de los trastornos de ansiedad tienen su origen en las dificultades para afrontar experiencias emocionales incómodas o desagradables. Estas experiencias emocionales y el malestar que causan tienen un papel importante en el mantenimiento de los síntomas de los trastornos emocionales. De hecho, muchas veces las personas buscan ayuda psicológica para librarse de estas emociones desagradables como ansiedad, ira, tristeza... Quieren que el terapeuta les "quite" esas emociones o las "pare" o poder "apagar el interruptor" de sus pensamientos. ¿Hay emociones “buenas” o “malas”? NO , hay emociones que nos gusta sentir más que otras pero todas son necesarias y nos dan información importante. La información que nos aportan las emociones ha sido de vital importancia para la supervivencia humana. Su función suele dividirse en dos grandes grupos: la información que nos proporciona a nosotros/as mismos/as sobre lo que ocurre en nuestro organismo y la información que a través de la expresión emocional damos a los otros. Así, si estoy en un restaurante y la persona que me acompaña, cuando prueba la sopa, contrae los músculos de la cara, arrugando la frente y los labios y abriendo un poco la boca, probablemente yo lo interprete como asco y dude antes de probar mi sopa. ¿De qué nos informan las emociones? Algunos ejemplos prácticos de la información que nos aportan las emociones: VERGÜENZA: Mira a ver porque quizás se está poniendo en juego tu imagen pública. SOLEDAD: Mira a ver porque quizás necesitas más vínculos o apoyo. IMPOTENCIA: Mira a ver porque quizás lo que persigues no dependa de ti o no puedas hacer nada. CULPA: Mira a ver porque quizás tu acción ha generado un mal a otros o has transgredido una norma moral interna. FRUSTRACIÓN: Mira a ver porque quizás no has obtenido el resultado que deseabas. IRA: Mira a ver porque quizás deberías activarte para defenderte o defender tus intereses. INJUSTICIA: Mira a ver porque quizás alguien (o la situación) no te esté tratando acorde a lo que crees que mereces. MIEDO: Mira a ver porque quizás hay algo inminente que supone una amenaza para ti y puede hacerte daño. DUDA: Mira a ver porque quizás esta decisión tenga consecuencias negativas. DESILUSIÓN: Mira a ver porque quizás las cosas no han sido tan positivas como las expectativas creadas y quizá sea necesario reajustarlas para el futuro. ENVIDIA – Mira a ver porque quizás desees o necesites algo que esa otra persona sí tiene. CELOS - Mira a ver porque quizás exista una amenaza que pueda implicar la pérdida de un vínculo. ¿Cuándo es problemática una emoción? Cuando la emoción es muy intensa, o se produce la mayor parte de los días (frecuencia) o tiene una duración muy prolongada. Por ejemplo, la ansiedad momentánea un día o durante un breve periodo de tiempo acorde a la situación vivida es la ansiedad adaptativa, pero si durante todos los días y durante varios meses siento ansiedad y me impide llevar a cabo mi vida normalmente, se habrá convertido en algo desadaptativo. ¿Qué puedo hacer para regular mis emociones? La regulación emocional es un proceso por el cual ejercemos una influencia sobre nuestras emociones, sobre cuándo las tenemos, cómo las experimentamos y cómo las expresamos. A modo resumen, podemos decir que existen 5 para la regulación emocional: 1. TOMAR CONCIENCIA : La toma de conciencia de la emoción es el principio más fundamental. Una vez que sabemos lo que sentimos nos reconectamos con las necesidades (lo que necesito...) y nos motivamos para alcanzarlas. Sentir una emoción es saber dónde se encuentra en el cuerpo, notarla, no sólo pensar sobre ello, es necesario localizarla y aceptarla. 2. PONER NOMBRE : Implica que una vez sentida la emoción, sea capaz de aceptarla y ponerle nombre (rabia, tristeza, culpa, miedo...) Hay una fuerte tendencia humana a evitar emociones dolorosas. A “tapar” la emoción real con conductas como comer, beber, fumar, discutir... para no sentirla, a pesar de que nos está indicando el camino a seguir. 3. COMPRENDER : La reflexión nos ayuda a crear un nuevo significado y a desarrollar una nueva narrativa para explicar la experiencia. 4. EXPRESAR O PLANIFICAR : El afrontamiento expresivo puede ayudar a entender y a clarificar las preocupaciones reales y centrales, y sirve para intentar buscar las soluciones reales y conseguir objetivos. 5. REGULAR LA EMOCIÓN : la habilidad para tolerar y regular la experiencia emocional es otro paso importante del proceso de cambio. Las habilidades para la regulación emocional incluyen cuestiones como identificar y nombrar las emociones, permitirse tolerar emociones negativas, establecer una distancia para manejarlas, incrementar las emociones positivas, el auto alivio, la respiración y la distracción. Si crees que necesitas ayuda para aprender a regular tus emociones, en tupsicologoengoya podemos ayudarte.
28 jul, 2021
Cuando los niños y niñas tienen que esforzarse para conseguir las cosas que quieren aprenden a ser constantes, pacientes, tolerantes a la frustración y responsables de sus actos. Cuando los niños no tienen límites están perdidos y desorientados, no saben lo que tienen que hacer o qué se espera de ellos. Las normas y límites le ayudarán a moldear su temperamento y aumentar su autocontrol. Ahora bien, las normas deben cumplir con una serie de requisitos para que sean adecuadas, que describimos a continuación: Las normas deben ser claras, concisas y adecuadas a la edad del niño. Las normas deben de ser pocas (no más de tres). Hay que establecer un límite de tiempo para disfrutar de los privilegios. El niño/a las debe conocer antes de aplicarlas. Podemos negociar o llegar a ser flexibles (con niños más mayores) antes de consensuarlas, pero una vez que se han establecido se han de llevar a cabo. Siempre han de ser cumplidas. Si alguna de las normas creemos que no la podemos aplicar, no se debe establecer. Es importante que los niños/as aprendan que las cosas hay que ganárselas, que nuestros derechos van de la mano de nuestras obligaciones, y que si se cumplen las normas podrán disfrutar de privilegios. ¿Cómo conseguir que obedezcan? El comportamiento se aprende al interactuar con el medio ambiente. Es decir, el comportamiento depende , básicamente, de lo que observamos y de las consecuencias que tienen las conductas sobre uno mismo, sobre los demás y sobre el entorno. Si las consecuencias de mi conducta son positivas (consigo lo que quiero), es más probable que la repita en el futuro que si no consigo lo que buscaba o las consecuencias son negativas. En muchas ocasiones, utilizamos el castigo como forma de establecer una consecuencia negativa a una conducta no deseada en el niño/a. Sin embargo, el castigo tiene algunas desventajas que es importante conocer: Mediante el castigo enseñamos lo que NO debe hacer, pero no se le indica qué es lo que SÍ debe hacer. Proporciona al niño/a un modelo de conducta agresiva, que puede imitar. Puede afectar a la relación afectiva. Afecta en su autoestima, seguridad en sí mismo, miedos… La alternativa más eficaz al castigo es la extinción de la conducta junto con el reforzamiento diferencial de una conducta más deseable. Es decir, eliminamos la consecuencia positiva que el niño/a pueda estar recibiendo de la conducta que queremos eliminar mientras que enseñamos y reforzamos una conducta más adaptativa. Si quieres que te ayudemos a poner en práctica estas pautas educativas no dudes en ponerte en contacto con tupsicologoengoya en el 633672529 o mediante el correo electrónico info@tupsicologoengoya.es Estaremos encantamos de atenderte.
28 jun, 2021
El estrés es un mecanismo natural para la supervivencia del ser humano . Ante un estímulo estresante, es decir, la percepción de una amenaza, nuestro cuerpo moviliza recursos físicos y mentales para hacerle frente, para adaptarse. Generalmente, comprendemos muy bien los ejemplos de situaciones críticas como un incendio o el ataque de un león en la selva para entender la función del estrés en la supervivencia, pero ¿qué pasa con el estrés cotidiano o las amenazas que no son tan evidentes? El cuerpo reacciona de la misma manera que si estuviésemos frente al león. Ejemplos de ello son una entrevista de trabajo, una avería técnica en casa, una discusión… El estrés es un proceso amplio de adaptación al medio que incluye múltiples respuestas del organismo. La ansiedad, por otro lado, es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Dicho en otras palabras, el estrés es el miedo ante una situación amenazante real, palpable, y la ansiedad es la anticipación de ese miedo . ¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad? Las señales más características de ansiedad son: Sensación de nerviosismo, agitación o tensión. Sensación de peligro inminente. Aumento del ritmo cardíaco. Respiración acelerada, hiperventilación. Sudoración. Temblores. Sensación de debilidad o cansancio. Problemas para concentrarse o pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual. Problemas para conciliar el sueño. Problemas gastrointestinales. Dificultades para controlar las preocupaciones. Necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad. ¿Por qué sigo experimentando ansiedad, a pesar de que me genera malestar? Imaginemos que un día cualquiera me encuentro tranquilamente haciendo la compra en el supermercado y cuando me giro para coger los tomates me encuentro con un gran incendio. En ese momento, mi cuerpo pondrá en marcha el sistema de estrés para que pueda huir de esa situación lo más rápido posible. Consigo huir y ponerme a salvo, y afortunadamente todo queda en un susto. La mañana siguiente tengo que volver a ir al supermercado, ya que no pude hacer toda la compra (el incendio…). Cuando me encuentro recorriendo el camino habitual para ir a la compra, comienzo a sentir una gran activación, mi corazón se acelera, me cuesta respirar, me tiemblan las piernas…es casi como si estuviese en el incendio ahora mismo. A pesar de ello, acudo al supermercado y compruebo que todo está bien, no hay señal de incendio, y mi nivel de activación, al cabo de un rato, acaba bajando. Había asociado el supermercado con una situación de peligro, pero de este modo, estoy generando un nuevo aprendizaje que, repetido algunas veces más, me permitirá acudir a la compra tranquilamente en el futuro. ¿Qué ocurriría si el día siguiente al incendio, cuando estoy acercándome al supermercado y comienzo a sentir toda esa activación y malestar, doy media vuelta y vuelvo a casa? En este caso, el aprendizaje que estoy generando es que evitando ir al supermercado estoy efectivamente evitando un peligro, y esta situación, repetida algunas veces más, hará que cada vez que piense en ir al supermercado se active la ansiedad e intente evitar la situación. Por tanto, la ansiedad, aunque comenzó por un acontecimiento aversivo concreto, se mantiene por un proceso de aprendizaje. La buena noticia es que, al tratarse de algo aprendido, se puede modificar . Para comprender mejor este proceso de aprendizaje y de mantenimiento de la ansiedad, es importante conocer lo que se ha denominado “l a curva de la ansiedad ”. Como hemos comentado, el estrés es un mecanismo normal y útil la supervivencia humana, ya que nos prepara para hacer frente a un determinado peligro. Sin embargo, esta preparación requiere un esfuerzo considerable del organismo, y por tanto, no puede mantenerse indefinidamente en el tiempo, sino que au menta hasta un determinado punto para ayudarnos a hacer frente a las demandas del ambiente, pero, posteriormente, comienza a bajar, para permitirnos la recuperación de ese sobreesfuerzo . Por lo tanto, cuando nos encontramos ante una amenaza, los síntomas de ansiedad van a subir hasta un determinado punto para después comenzar a bajar. Esto será interpretado por nuestro cuerpo como la confirmación de que no existe peligro o de que dicho peligro no es tan grave. Sin embargo, si en el punto más alto del estado de ansiedad escapamos del estímulo que la produjo, esto será interpretado por nuestro cuerpo como la confirmación de que sí era una amenaza de la que huir y se verá reforzado por haberlo hecho. Es decir, al huir, reforzamos la ansiedad. Por tanto: La ansiedad es un mecanismo NORMAL del ser humano y es útil para su supervivencia. En ocasiones, puede verse cronificada o activada en exceso afectando a la vida de la persona. La ansiedad no puede durar indefinidamente, sino que va a subir hasta un determinado punto y después va a comenzar a bajar. Es lo que denominamos “curva de la ansiedad”. Ahora que conozco cómo funciona la ansiedad, ¿Qué puedo hacer? Como hemos visto, la forma más efectiva de reducir la ansiedad es hacer frente a la situación temida. Esto, dicho así, puede parecer una tarea sencilla, pero lo cierto es que no lo es. Los síntomas de ansiedad suelen ser intensos y desagradables para la persona que los experimenta, por lo que exponerse a la situación “sin protección”, puede hacer que finalmente acabe evitando de nuevo la situación por no tener recursos de afrontamiento suficientes para ser capaz de quedarme en esa situación, y por tanto, continúe reforzando el proceso de aprendizaje de la ansiedad que hemos visto anteriormente. Además, estas estrategias de afrontamiento no deben ser herramientas que nos impidan experimentar la situación que nos genera ansiedad, por ejemplo la distracción, ya que entonces la exposición a esa situación no estaría resultando útil. Si te sientes reconocido o reconocida en estas situaciones y sensaciones relacionadas con la ansiedad, te recomendamos que busques ayuda psicológica para que te acompañe en el proceso de nuevo aprendizaje que te permita romper el círculo de la ansiedad y afrontar dichas situaciones de un modo diferente.
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